Hay una falacia que he oído muchas veces y que ayer volvió a sonar en un foro de escritores: el artículo 20 de la Constitución reconoce de forma implícita que todo el mundo puede ser periodista. Poco menos.
Pues no. Expresar y difundir libremente pensamientos, ideas y opiniones (…) o el derecho a comunicar libremente información veraz por cualquier medio no nos convierte, en la práctica, en periodistas. Porque periodista es, ante todo, quien tiene la capacidad (formación) y el cometido (¿privilegio?) de seleccionar la información que luego difunde el Medio de comunicación de masas en el que trabaja (¡De masas! No vale la hoja parroquial ni la gacetilla de la comunidad de vecinos). Asín que...