jueves, 30 de diciembre de 2010

lunes, 20 de diciembre de 2010

Buenas noches y... buena suerte

... pero ya nos han dicho que esta vez no ocurrirá.
Así que, buenas noches... y buena suerte.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

No tenemos nada que decir

A mi me dijeron que la prensa tenía la obligación de ir un paso por delante de la actualidad: prever tanto o más que ver. Pero ¡ay!, todo sigue ocurriendo tan rápido y como no tenemos tiempo...

La prórroga del estado de alerta, las tribulaciones ¿dimisionarias? del "desaparecido", la intervención imposible ora sí ora no, un wikipirata al mando de la información y de la agenda de los medios (vaaale, del medio), y ¿qué hará Odriozola?, ¿Y ETA?, ¿y España?...

Ay, ay, que me temo que los periodistas ya no tenemos casi nada que decir.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

¿Quiere usted ser controlador aéreo?

Comparar para saber. Éste es un documento de 1998. Así estaban las cosas del control aéreo con Aznar. Doce años después, hay mil controladores más, pero el cielo no funciona mejor. ¿Por qué? ¿Dónde estudia un controlador aéreo?, ¿qué estudia?, ¿durante cuánto tiempo?, ¿cuántos pueden estudiar en un mismo curso?, ¿quiénes pueden acceder a la profesión?, ¿qué ha cambiado en una década?... Todas las claves en este audio (un reportaje de quien suscribe) que he recuperado de Radio Nacional.

viernes, 19 de noviembre de 2010

El País, ¿qué país?

Indudable expectación en el arranque, 200.000 ejemplares, aplicación 'sincera' de las tarifas, gran flexibilidad a la hora de resolver problemas... El País. Y treinta y cinco años más. Ayer preguntó lo mismo que preguntara mi abuelo aquel 18 de marzo: ¿País, qué país?

¡Papá!

Ah, El País...

Aquél.

¿El que queríamos?

jueves, 11 de noviembre de 2010

España sigue cobrando de Europa


El Informe Anual del Tribunal de Cuentas de la Unión Europea, que se presentará el próximo martes en el Senado, revela que España figura como beneficiario neto del presupuesto europeo: en 2009 ha contribuido a la financiación del presupuesto con 11.169 millones de euros (10,3 % del total de ingresos) y ha recibido 11.874 millones de euros (10,7% del total de pagos) a través de las distintas políticas.


Los pagos hechos a España en 2009 ascendieron a 4.174 millones de euros en el ámbito de las políticas de “Cohesión” y a 6.938 millones de euros en las políticas de “Conservación y gestión de los recursos naturales”, lo que sitúa a España, respectivamente, en la segunda (después de Polonia) y tercera (después de Francia y Alemania) posición entre los beneficiarios de esos fondos europeos. Recordemos, asimismo, que en estas dos áreas -que conjuntamente representan en torno al 80% del presupuesto de la UE-, la gestión es compartida con los Estados miembros.


En el marco de las políticas de Cohesión, el Tribunal de Cuentas Europeo auditó en España los Programas operativos FEDER-Castilla La Mancha (2007-13) y FEDER-Sociedad de la Información (2000-2006). En relación con el primero, se detectaron importantes errores que afectan a los procedimientos de licitación pública. En relación con el segundo, no se han encontrado errores significativos.


En el ámbito del esquema de Pago Único (FEAGA), dentro del ámbito de políticas “Conservación y gestión de los recursos naturales”, el Tribunal auditó en el País Vasco los procedimientos administrativos establecidos para garantizar la corrección de los pagos y la calidad de las bases de datos. El Tribunal ha concluido que estos sistemas son sólo parcialmente efectivos. Por ejemplo, se detectó que las ortografías más recientes no se estaban usando para fijar el techo de las áreas subvencionables a efectos del cálculo de los pagos. También se observaron casos de pagos a beneficiarios realizados sin cruzar los datos de la superficie declarada con los de la superficie admisible registrada en el Sistema Integrado de Gestión y de Control; y casos de cálculos incorrectos sistemáticos de la ayuda y de aplicación insuficiente de penalizaciones de superficie.

lunes, 8 de noviembre de 2010

González y la versión 'GAL Plus'

Quien a hierro mata, a hierro muere. No es el mejor eslogan para un demócrata. Aunque visto el pasado y las supinas declaraciones de Felipe González, eso ya no está tan claro. En 1990, el entonces presidente del Gobierno se planteó la opción de "volar" la cúpula de ETA, a la que tenían perfectamente localizada. Finalmente, lo descartó. Aunque no ha explicado claramente por qué, podríamos considerarlo como normal. Lo que pone los pelos de punta es que ahora diga que aún no tiene claro si eligió la opción correcta, es decir, liquidar a 27 personas, no todas terroristas, o permitir que siguiesen con vida. Matar o no matar, en definitiva. ¿Puede plantearse esto un presidente demócrata? ¿No cabía la posibilidad de cercarlos, capturarlos, juzgarlos, encarcelarlos... como hubiese sido la obligación del Gobierno? ¿Matarlos...? ¿GAL plus? ¿Y Rubalcaba?

Yo me pregunto hasta qué punto se encendería la España plural (reconvertida en la más singular de las Españas) si Aznar declarase hoy algo parecido.

jueves, 28 de octubre de 2010

Zapatero ya ha arrojado la toalla

Ha hecho barbaridades, ha fracasado y se ha rendido. Su respuesta ha sido devolver el PSOE (y el Gobierno) al 'felipismo' (Marcelino Iglesias, Jáuregui, Rubalcaba, Chaves... ¡ojo!, y otros que siguen y mandan, aunque no salen en los papeles). ¡Cómo será de grande el dislate para que Zapatero haya hecho bueno a Felipe González!


Así que hemos retrocedido dos década en el tiempo y volvemos a estar a merced de lo peor de aquellos tiempos. De Málaga a Malagón. Sólo falta que escenifiquen el funeral socialista, pero no es difícil imaginar como será: 'déjà vu'.


Y aún quieren vendernos que el problema era la (pésima) comunicación del Gobierno, no que haya cinco millones de parados, que la gestión de la cosa económica haya sido delirante y que el país esté en manos de locos, locas y alocados.


Con todos mis respetos, si queda alguna persona seria en la pomada que dé un paso al frente, por favor.

martes, 19 de octubre de 2010

Patriotas de hojalata de bote de panga

Esto del periodismo se ha puesto feo. Ser periodista ya no es ni sombra de lo que era. ¡Ni mucho menos! Crítica, contrapoder, defensa del débil frente al poderoso, la razón afilada, aquel remanso de verdad... ¿Dónde ha quedado todo eso? Creo que las nuevas generaciones deben hacer suyas las palabras de Richard Serra, reciente premio Príncipe de Asturias de las Artes, cuando dice: "Sí, me han insultado mucho. Pero el verdadero artista debe transgredir, matar al padre".

Hablemos del mundo: uno de esos grandes analistas 'de clase' recuerda en un semanario que la política es hoy más mercadotecnia (marketing) que otra cosa. Ninguna lumbrera explica, sin embargo, cómo es posible que las generaciones más preparadas de la historia se dejen embaucar en masa por los políticos menos preparados que ha dado la tierra.

Leo también a José María Carrascal, que dice sobre José Luis Rodríguez Zapatero: "Y encima quieren prohibir que se le abuchee. Cuando lo está pidiendo a gritos". Es posible que sea así; pero gritar nunca ha sido buena receta para nada, excepto para educar la altura de la voz.

Y aún una última consideración sobre la España desatornillada, que diría Ignacio Camacho. El Gobierno condecora con la más alta distinción al ministro marroquí que mandó ocupar Perejil. Es evidente que no lo hace por este hecho, pero, es cierto. ¡Hay patriotas de hojalata! Pero de hojalata de bote de panga.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Mi estío, en El País

¿Sabes, mar? Entonces éramos mucho más románticos que ahora. Yo lo era. El País lo era. La cosa global nos ha quitado brillo. Sin duda. El cambio de siglo trajo, sí, un otoño como el de ahora. Pero, no. El otoño era aquél. ¿Estío? Invierno. He dicho alguna vez: en la nada que enlaza el pasado y el presente siempre dormita la generosa crueldad de internet. ¿Sabes, mar? Yo firmé aquel estío en El País. http://www.elpais.com/articulo/madrid/Sabes/mar/elpepiautmad/20000827elpmad_11/Tes

martes, 14 de septiembre de 2010

Y, sin embargo, Zapatero no es Forges

Menos mal que Zapatero está siempre al loro, Vicenta... que si no se nos ahoga la mulatita España. ¡Desgracia! Aquí el que anda equivocado es el humorista. "You must reduce dramatically the deficit, and right now, Vicenta", estuvo a punto de escribir Forges en esta viñeta ("Hay que reducir drásticamente el déficit, y ahora mismo, Vicenta"). Pero no lo hizo. Y se le adelantó Obama. ¿Va de mulatitos? ¡Quiá! The spanish deficit is black. ¡Quietos, parados! Mal chiste, ZP. Quedarse para esto.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Globalización económica, todos cableados

La misma información, la misma política monetaria, los mismos objetivos empresariales, las mismas mercan­cías, los mismos gurús económicos, los mismos iconos de valores... Los científicos y las tecnolo­gías han conseguido lo que durante muchísimo tiem­po han intentado, sin éxito, militares y hombres de estado: el imperio global. ¿Qué consecuencias, en términos de “beneficio real”, ha traído para la empresa y el comercio?

De entrada, la globalización ha moldeado un escenario de mercado muy diferente al que imperaba años atrás. Hoy puede decirse que Sydney, México D.F., Pretoria, Moscú, Hong-Kong, Madrid... son lo mismo. No hay distancias ni barreras. A efectos comerciales y con sus excepciones y matices, el mundo es un enorme bloque de interconexiones, un gigantesco mercado en el que, teóricamente, todo está al alcance de todos.

Una explicación del nacimiento de la globalización es ésta: gobiernos y autoridades se proponen buscar el más alto nivel de bienestar social y económico para sus pa­íses y, para conseguirlo, hacen recaer todos los mecanismos de acción en el llamado neoliberalismo económico, es decir, en la libre acción de las fuer­zas del mercado y en un comercio sin fronteras. Es una especie de descomunal “laissez faire” (de­jad hacer) disfrazado de vía exclusiva, de camino sin alternativa hacia ese estado de máxima rique­za posible. Conviene añadir, en descarga de los gobernantes, que no sólo ellos y quienes poseen el poder político, económico y militar en el mundo, han entrado en esta dinámica. Otros actores de la sociedad como los trabajadores, los artistas, los homosexuales, los colectivos religiosos... están dispuestos a impulsar movimientos con vocación universal, esto es, con afán de hacerlos extensibles al conjunto de la humanidad.

Pero la cuestión clave de la globalización, la jus­ticia social, es decir, cómo impedir que los ri­cos lo sean cada vez más y los pobres ahonden en su pobreza, está sin resolver. Una buena parte de la sociedad sigue preguntándose qué tipo de globalización es ésta que, lejos de tender la mano a los necesitados, acentúa hasta límites insospecha­dos la pobreza de medio mundo. ¿Qué “vía exclusiva” es ésa que niega un futuro digno a dos tercios de la humanidad?

Sobre las ventajas e inconvenientes, filias y fobias de la globalización, se ha escrito mucho, toneladas de libros y ríos de tinta que, en gran medida, han contribuido más a enturbiar el asunto que a esclarecerlo. En gran medida, todos los actores del mundo económico dan por supuesto que global es sinónimo de universal y que globalizar es universalizar. Esa identificación, en la que basan casi todos sus presupuestos, supone, de entrada, una clara perversión en la teoría que ronda el fenómeno. Porque global no es sinónimo de universal. Lo que vale para un país no vale para otro. Lo que funciona aquí no tiene por qué funcionar de la misma forma en el otro lado del mundo. Lo que beneficia a una economía, seguramente perjudica a otra. Y ésa es la gran quiebra de la globalización, como corrobora la realidad, que cada día desmiente los intentos de políticos, economistas y teóricos por demostrar, casi siempre de forma implícita, que lo global es también universal.

Hay un gran número de empresas que no han evaluado suficientemente la trascendencia del fenómeno y, en consecuencia, operan de forma vacilante frente a otras que sí se han preparado (tal vez deberíamos decir mentalizado) para desenvolverse en un escenario altamente competitivo. Es importante que tengan en cuenta que la complejidad de la producción y el comercio global imponen retos, pero también brindan nuevas y mayores oportunidades.

Ya no basta con hacer las cosas bien, sino que hay que convertirse en excelentes. La creciente competitividad, la mejora logística y de infraestructuras, la desestatificación del comercio, la armonía de las necesidades del consumidor, la lluvia de ofertas y la desigual demanda... consecuencias todas ellas de lo que se ha dado en llamar “globalización de la economía”, imponen nuevas formas de gestión y exigen de las empresas respuestas cada vez más eficientes, y procesos y estrategias extremadamente bien planificadas, que permitan crecer y competir en un mundo que se mantiene en continuo cambio.

En resumen, hay un nuevo entorno general, amplio, (¿mundial?), que se caracteriza, sobre todo, por un aumento rápido del comercio, de la circulación de capitales y de la competencia. En consecuencia, las empresas se enfrentan a una competitividad acelerada, que extiende sus tentáculos a escala mundial y que afecta a las políticas de ventas y recursos, mercadotecnia (marketing), forma de aprovisionamiento, fuentes de financiación, ubicación de las plantas de producción, etc. La innovación y la renovación continua de productos y tecnologías, nichos de mercado, organización, gestión y dirección es clave para sobrevivir en el nuevo escenario.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Hijo adoptivo de un pueblo de novela

Éste es mi pueblo. Lo es aunque jamás haya pisado sus calles, sentido su brisa, olido sus flores, entrado en sus casas. Todas duermen bajo el agua desde hace cincuenta años. Nací demasiado tarde para verlo. Pero lo quiero sobre todas las cosas. Es el pueblo que ha inspirado La marca del agua. Ahora también es mi pueblo. En realidad ya lo era cuando empecé a escribir la novela.

La Asociación Cultural Alberguería Oleiros (ACAO) me ha regalado la extraordinaria consideración de hijo adoptivo del desaparecido enclave. No estoy seguro de reunir los méritos personales y cualidades que requiere tan destacada distinción; porque hacer en cada momento lo que uno sabe y quiere hacer, nunca puede ser un mérito. En todo caso, para mí es el premio más grande y valioso. Lo agradezco profundamente.
Y me propongo estar a la altura.

viernes, 13 de agosto de 2010

Mucho más de lo que podía imaginar

Cosas del verano. Uno está, va, dice. Quien suscribe tuvo la oportunidad de participar el 12 de agosto en la Semana Cultural (18ª edición, nada menos) que organiza un colectivo de mujeres en el pueblo orensano de Vilanova (Barco de Valdeorras). Me invitaron y me pidieron que hablase de La marca del agua y de Alberguería, el desaparecido enclave que inspiró la novela.

No hubo megafonía ni aire acondicionado. Pero abarrotaron la sala. Escucharon con la mayor atención, casi con pleitesía, y aplaudieron a rabiar. Me dieron mucho más de lo que podía imaginar. Gracias.

(En la imagen, con la secretaria de la entidad cultural, Pili Álvarez, presentadora del acto).


lunes, 12 de julio de 2010

Me quedo con el beso

La besó Iker y la besamos todos.

La soñaba él, ellos, nosotros.

Sin una estrella, el cielo no es cielo.

Y la besó él. Y la besamos todos.

Fue el mejor beso.

Nunca habíamos besado una copa del mundo.



(((Para no tener dudas))))

http://www.larazon.es/noticia/10064-carbonero-tiene-un-precio

viernes, 9 de julio de 2010

La verdad, una intersección entre interrogantes


Y de nuevo, nuestra tertulia. Al final, pide la palabra alguien del público. Quiere saber qué diferencia "esencial" encontramos entre El País y El Mundo. Pero antes de preguntar adelanta que ambos periódicos le parecen igual de tendenciosos. Y aún añade: "Yo creo que el periódico global sabe con certeza que gran parte de lo que publica es mentira, mientras que en el diario de Pedrojota creen que todo lo que publican es verdad".

Creo que puse cara de piedra pómez. No me dio tiempo a componer una versión mejor. Tampoco tengo recuerdos claros de aquel instante. Sólo sé que estuve media noche dándole vueltas a esa especie de intersección planteada entre interrogantes. Y aún sigo haciéndolo.

"Saben que lo que publican es mentira versus creen que lo que publican es verdad".

Me parece que alguien de la mesa le dijo al señor del público que si él percibía que eso era así, pues que así debía de ser, que realmente los únicos dueños de la verdad son los lectores, que si tal y que si cual y que qué sé yo...
¡Hostias!

sábado, 5 de junio de 2010

Mentirosos, pero menos

Primero: adivinen si el autor del siguiente texto es Iñaki Gabilondo, Enric Sopena, Antonio Casado, José María Calleja o María Antonia Iglesias:

“Proporcionalmente, el periodismo es la profesión con menos mentirosos. Hay muchos más mentirosos por cabeza en el mundo de las leyes, o de la política, o de la religión. En el periodismo, si mientes, son tus propios colegas quienes te desenmascaran (…) en esta profesión no haces mucho dinero, pero al menos te mantienes más íntegro y honesto que en otras”.

Segundo: yo me pregunto…
a) ¿Y los periodistas son también menos mentirosos que los fontaneros, que los mecánicos, que los burócratas, que los consultores, que los broker…?
b) “No haces mucho dinero…” ¿Quiere eso decir que ‘hacer dinero’ es directamente proporcional al número de mentiras que uno es capaz de contar? ¿Cierto?
c) Si yo, periodista, miento, ¿me desenmascaran mis colegas? ¿Y un funcionario, un político, un médico… desenmascara a otro colega si miente?

Tercero: ¿ya han adivinado quien es el autor del texto?
Yo se lo digo: el norteamericano Gay Talese, considerado ‘padre’ del Nuevo Periodismo. ¿Decepcionados?

domingo, 16 de mayo de 2010

Persona y periodista, ¿dos realidades incomunicadas?

La mirada que uno dirige como periodista es sustancialmente diferente de la mirada que uno dirige en su condición de persona. Es lo que viene a decir Janet Malcolm en El periodista y el asesino. La autora de origen checo describe al sujeto periodista como una especie de doctor Jekill y mister Hyde, que utiliza una u otra piel según ejerza de una u otra cosa. Desde luego, merecería un reposado análisis el párrafo de ella cuando escribe: “Algo extraño le ocurre al individuo cuando conoce a un periodista, y lo que sucede es exactamente lo contrario de lo esperado. Cabría imaginar que se impondría la extrema cautela, pero en realidad la confianza e impetuosidad infantiles son mucho más comunes. El encuentro periodístico parece tener el mismo efecto regresivo sobre el sujeto que el encuentro psicoanalítico. El sujeto se convierte en una especie de hijo del escritor, a quien ve como permisiva madre, tolerante e indulgente, y espera que sea ella quien escriba el libro. Por supuesto, quien lo escribe es el padre, estricto, riguroso e implacable”.

Si yo dijera que estoy de acuerdo estaría mintiendo. Pero si dijera que no lo estoy, me tomarían por un mentiroso. Supongo que Malcolm se refiere a algunos periodistas de verdad y no a esos en los que usted y yo estamos pensando. En todo caso, personalmente, creo más en lo siguiente: Como hombre uno puede ser paciente, amoroso, positivo y mostrar una inclinación enteramente acrítica para mirar todas las cosas y considerarlas correctas. Pero como periodista, el demonio obliga a observar, a tomar notas con la rapidez del relámpago y con la peligrosa malicia de todo detalle que en el sentido literario sea característico, distintivo, significativo y que tipifique la raza, el modo de ser social o psicológico, mientras registra uno todo eso tan despiadadamente como si no tuviera ninguna relación humana con el objeto observado, cualquiera que éste sea (atribuido a Thomas Mann, también citado por Malcolm).

No es posible separar persona y periodista. Ambos actúan al mismo tiempo como una mezcla de humo y mármol, que suele resultar equívoca para la verdad. Si fuese posible separarlos, la objetividad dejaría de pertenecer al reino de la quimera.

domingo, 9 de mayo de 2010

¿Y por qué no liquidan el Senado?


El Senado, la Cámara Alta, es una réplica del Congreso de los Diputados, una sala de relectura de leyes que retrasa y complica hasta límites inaceptables la tarea legislativa del Parlamento. En la práctica, es una institución casi vacía de contenido, poblada en los plenos “por una casta de pensionistas privilegiados”, como dirían el profesor de Ética José Luis Velázquez y el periodista Javier Memba (La generación de la Democracia, historia de un desencanto).
Da la sensación de que los padres de la Carta Magna no encontraron la forma de liquidar el Senado y lo incluyeron “de contrabando”. El artículo 69 de la Constitución dice que el Senado es la cámara de representación territorial; pero esta premisa se contradice en sí misma con la forma de elección de los senadores, desarrollada posteriormente por Ley Orgánica.
Salvo en dos o tres ocasiones, provocadas a modo de ensayo, el Senado nunca ha sido un foro territorial. Y ni siquiera permitía el uso de las lenguas autonómicas, excepto en tres casos: durante la preparación del inexistente debate anual sobre el Estado de las Autonomías, en el primer pleno de la legislatura y en los escritos que remiten los ciudadanos a la Cámara.
La clase política ha planteado sin éxito, ya desde el inicio de la Democracia, la absoluta necesidad de reformar la institución para dotarla de significado en un parlamento bicameral cuyo protagonismo casi absoluto se entregó al Congreso. El objetivo es constituir una Cámara en la que las Comunidades Autónomas puedan expresar sus opiniones y participar en las decisiones generales del Estado. De entrada, parece tarea imposible; porque hacer una verdadera reforma supone modificar la “intocable” Constitución, escollo que ha paralizado las distintas iniciativas que han surgido en esa línea. Además, la reforma, en la práctica, significaría duplicar y asumir tareas que corresponden a los carísimos Parlamentos autonómicos. Así que, como mucho, el Senado sólo podrá aspirar a ejercer de mediador y cooperador entre el Gobierno central y las Comunidades Autónomas; de facilitador y agilizador de una mayor y mejor participación de las autonomías en los proyectos y recursos del Estado. Pero no puede ni debe convertirse en un foro centralista para asuntos propios de las regiones; ni en órgano fiscalizador de los Gobiernos autónomos. El Senado, en el actual ordenamiento, sobra.

viernes, 7 de mayo de 2010

Creceremos con el mismo modelo

La idea de cambiar el modelo productivo, anunciada por los mismos políticos que han enterrado los plazos para ponerla en marcha, ha sonrojado a más de un analista y ha abierto una puerta al cierre colectivo de un amplio sector de la industria, que aún sigue formulándose esta pregunta: ¿Es posible una economía rentable sin una construcción fuerte, como antaño?

La verdadera cuestión de fondo, sin embargo, aún no se ha remachado lo suficiente: ¿Cómo hemos crecido hasta la crisis? Entre 2001 y 2008, el PIB español engordó por encima del 25%, once puntos más que la media de la eurozona, más del doble que el francés y casi el triple que el alemán. Tanto fue así que nuestra renta per cápita superó a la de Italia y a la de la UE por primera vez en la historia reciente. Los servicios aportaron un 55%; la construcción, el 12%; la industria, el 5%... Pues bien, este modelo, que en ocho años consiguió la mayor expansión económica nunca antes registrada en España, ha sido declarado insostenible y el maltrecho sector de la construcción, cuyo peso siempre fue relativo, culpado de casi todos los males.

Es incuestionable que nuestro país sólo puede crecer con lo que tiene. Así que en el futuro crecerá de forma parecida a como lo ha hecho en el pasado: porque nuestra estratégica situación  geográfica no ha cambiado ni cambiará; porque el sol sigue siendo un imán para el turista; y porque la construcción es la mejor forma de poner en valor el territorio. Podemos y debemos innovar, pero creceremos con lo que siempre hemos crecido.

domingo, 25 de abril de 2010

Garzón, los pillos y Pinochet

Todos tenemos un pasado. El mío está escrito con todas las grafías posibles de la 'P' de periodismo. Quizás pueda apreciarse en este artículo publicado el 25 de mayo de 2001 en un semanario político que ya no existe. Es la 'P' mayúscula del... ¿pasado? Pssss... Al día siguiente, alguien me dijo: nada de escribir de esto; el Poder Judicial no quiere heridas. Patrañas. Éste es mi artículo, renacido con la 'P' del rabioso presente y firmado con la misma 'P' que me dejó mi padre. El señor Palmeiro sí que sabía.

sábado, 17 de abril de 2010

Mi querido libro azul


¡Qué injusto he sido con mi librito azul! (148 páginas, Ed. Cultivalibros). Lo había olvidado casi por completo. Pero él sigue ahí. Lo venden en El Corte Inglés, en la Casa del Libro y en otras varias librerías. Y lo ofrecen en Internet a precio de amigo. Vaya.

Fue el reto más bonito. Suministros industriales. Desconocía prácticamente la temática, pero eso no me impidió escribirlo en sólo 16 días. Ni uno más. La crítica lo alabó. “Ofrece mucho más de lo que pueda sugerir el título”, dijeron en el diario Las Provincias... ¡Toma!
Poco antes de comenzar a escribirlo me acordé de la primera máxima de Bernard Kilgore, director de The Wall Street Journal. “No escriban historias de bancos para banqueros. Escríbanlas para los clientes de los bancos. Hay muchísimos más”, dijo a sus redactores. Se imponía prestar más atención a un mayor número de lectores.
Comparto la idea de Kilgore. Soy de los que creen que ni el lector de a pie, ni el especializado, se conforma con datos aislados; espera, sobre todo, una orientación, entender qué va a pasar; buscan que el autor abra puertas de certeza con datos y argumentos. Pues eso.
Ay, mi querido libro azul, mi ensayo, mi pequeño gran manual de economía, el primer libro técnico sobre la materia que se publicó en España y, posiblemente, en el mundo. ¿Cómo olvidarte?

viernes, 16 de abril de 2010

A vueltas con la memoria

Ayer participé como moderador en una discusión histriónica sobre la dichosa memoria histórica. No fue nada que no pueda caber en una rutinaria tertulia entre viejos conocidos de la facultad, pero el tema encendió posturas encontradas. Cuando se calmaron, preguntaron mi opinión. Prometí dársela otro día, claro.
En realidad, yo prefiero hablar de recuerdo, que no de memoria. Porque memoria, cada uno tiene la que puede, ni siquiera la que quiere. Nunca he entendido qué es eso de memoria histórica. ¿La historia tiene memoria? ¿La memoria tiene historia? ¿Hay que tener una memoria histórica, otra amorosa, otra virtual, otra social, otra económica…? ¿Hay que tener una memoria deportiva...? ¿Cuántas memorias hay? Vaya tinglado. Por lo visto, ‘memoria’ vale para todo.
Miren, no, no, lo que hay que tener son recuerdos. Y los recuerdos deberían permanecer en la memoria, pero eso es muy distinto de lo que se dice. Porque ¿quién decide qué cosas deben formar parte de nuestra memoria y cuáles no? Ah, ¿pero eso lo decide alguien por nosotros? Porque si lo decide alguien en nuestro nombre, nos está manipulando, es una trampa.



martes, 13 de abril de 2010

La marca sea con nosotros

Presentación de 'La marca del agua' (9/4/2010) muy cerca de donde todo ocurrió. ¡Oh!
De izquierda a derecha: María Prada, Aurelio Blanco Trincado, Moisés Blanco y Santi Palmeiro.
(Clic para agrandar)