Quien a hierro mata, a hierro muere. No es el mejor eslogan para un demócrata. Aunque visto el pasado y las supinas declaraciones de Felipe González, eso ya no está tan claro. En 1990, el entonces presidente del Gobierno se planteó la opción de "volar" la cúpula de ETA, a la que tenían perfectamente localizada. Finalmente, lo descartó. Aunque no ha explicado claramente por qué, podríamos considerarlo como normal. Lo que pone los pelos de punta es que ahora diga que aún no tiene claro si eligió la opción correcta, es decir, liquidar a 27 personas, no todas terroristas, o permitir que siguiesen con vida. Matar o no matar, en definitiva. ¿Puede plantearse esto un presidente demócrata? ¿No cabía la posibilidad de cercarlos, capturarlos, juzgarlos, encarcelarlos... como hubiese sido la obligación del Gobierno? ¿Matarlos...? ¿GAL plus? ¿Y Rubalcaba?
Yo me pregunto hasta qué punto se encendería la España plural (reconvertida en la más singular de las Españas) si Aznar declarase hoy algo parecido.