jueves, 11 de noviembre de 2010

España sigue cobrando de Europa


El Informe Anual del Tribunal de Cuentas de la Unión Europea, que se presentará el próximo martes en el Senado, revela que España figura como beneficiario neto del presupuesto europeo: en 2009 ha contribuido a la financiación del presupuesto con 11.169 millones de euros (10,3 % del total de ingresos) y ha recibido 11.874 millones de euros (10,7% del total de pagos) a través de las distintas políticas.


Los pagos hechos a España en 2009 ascendieron a 4.174 millones de euros en el ámbito de las políticas de “Cohesión” y a 6.938 millones de euros en las políticas de “Conservación y gestión de los recursos naturales”, lo que sitúa a España, respectivamente, en la segunda (después de Polonia) y tercera (después de Francia y Alemania) posición entre los beneficiarios de esos fondos europeos. Recordemos, asimismo, que en estas dos áreas -que conjuntamente representan en torno al 80% del presupuesto de la UE-, la gestión es compartida con los Estados miembros.


En el marco de las políticas de Cohesión, el Tribunal de Cuentas Europeo auditó en España los Programas operativos FEDER-Castilla La Mancha (2007-13) y FEDER-Sociedad de la Información (2000-2006). En relación con el primero, se detectaron importantes errores que afectan a los procedimientos de licitación pública. En relación con el segundo, no se han encontrado errores significativos.


En el ámbito del esquema de Pago Único (FEAGA), dentro del ámbito de políticas “Conservación y gestión de los recursos naturales”, el Tribunal auditó en el País Vasco los procedimientos administrativos establecidos para garantizar la corrección de los pagos y la calidad de las bases de datos. El Tribunal ha concluido que estos sistemas son sólo parcialmente efectivos. Por ejemplo, se detectó que las ortografías más recientes no se estaban usando para fijar el techo de las áreas subvencionables a efectos del cálculo de los pagos. También se observaron casos de pagos a beneficiarios realizados sin cruzar los datos de la superficie declarada con los de la superficie admisible registrada en el Sistema Integrado de Gestión y de Control; y casos de cálculos incorrectos sistemáticos de la ayuda y de aplicación insuficiente de penalizaciones de superficie.

lunes, 8 de noviembre de 2010

González y la versión 'GAL Plus'

Quien a hierro mata, a hierro muere. No es el mejor eslogan para un demócrata. Aunque visto el pasado y las supinas declaraciones de Felipe González, eso ya no está tan claro. En 1990, el entonces presidente del Gobierno se planteó la opción de "volar" la cúpula de ETA, a la que tenían perfectamente localizada. Finalmente, lo descartó. Aunque no ha explicado claramente por qué, podríamos considerarlo como normal. Lo que pone los pelos de punta es que ahora diga que aún no tiene claro si eligió la opción correcta, es decir, liquidar a 27 personas, no todas terroristas, o permitir que siguiesen con vida. Matar o no matar, en definitiva. ¿Puede plantearse esto un presidente demócrata? ¿No cabía la posibilidad de cercarlos, capturarlos, juzgarlos, encarcelarlos... como hubiese sido la obligación del Gobierno? ¿Matarlos...? ¿GAL plus? ¿Y Rubalcaba?

Yo me pregunto hasta qué punto se encendería la España plural (reconvertida en la más singular de las Españas) si Aznar declarase hoy algo parecido.

jueves, 28 de octubre de 2010

Zapatero ya ha arrojado la toalla

Ha hecho barbaridades, ha fracasado y se ha rendido. Su respuesta ha sido devolver el PSOE (y el Gobierno) al 'felipismo' (Marcelino Iglesias, Jáuregui, Rubalcaba, Chaves... ¡ojo!, y otros que siguen y mandan, aunque no salen en los papeles). ¡Cómo será de grande el dislate para que Zapatero haya hecho bueno a Felipe González!


Así que hemos retrocedido dos década en el tiempo y volvemos a estar a merced de lo peor de aquellos tiempos. De Málaga a Malagón. Sólo falta que escenifiquen el funeral socialista, pero no es difícil imaginar como será: 'déjà vu'.


Y aún quieren vendernos que el problema era la (pésima) comunicación del Gobierno, no que haya cinco millones de parados, que la gestión de la cosa económica haya sido delirante y que el país esté en manos de locos, locas y alocados.


Con todos mis respetos, si queda alguna persona seria en la pomada que dé un paso al frente, por favor.

martes, 19 de octubre de 2010

Patriotas de hojalata de bote de panga

Esto del periodismo se ha puesto feo. Ser periodista ya no es ni sombra de lo que era. ¡Ni mucho menos! Crítica, contrapoder, defensa del débil frente al poderoso, la razón afilada, aquel remanso de verdad... ¿Dónde ha quedado todo eso? Creo que las nuevas generaciones deben hacer suyas las palabras de Richard Serra, reciente premio Príncipe de Asturias de las Artes, cuando dice: "Sí, me han insultado mucho. Pero el verdadero artista debe transgredir, matar al padre".

Hablemos del mundo: uno de esos grandes analistas 'de clase' recuerda en un semanario que la política es hoy más mercadotecnia (marketing) que otra cosa. Ninguna lumbrera explica, sin embargo, cómo es posible que las generaciones más preparadas de la historia se dejen embaucar en masa por los políticos menos preparados que ha dado la tierra.

Leo también a José María Carrascal, que dice sobre José Luis Rodríguez Zapatero: "Y encima quieren prohibir que se le abuchee. Cuando lo está pidiendo a gritos". Es posible que sea así; pero gritar nunca ha sido buena receta para nada, excepto para educar la altura de la voz.

Y aún una última consideración sobre la España desatornillada, que diría Ignacio Camacho. El Gobierno condecora con la más alta distinción al ministro marroquí que mandó ocupar Perejil. Es evidente que no lo hace por este hecho, pero, es cierto. ¡Hay patriotas de hojalata! Pero de hojalata de bote de panga.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Mi estío, en El País

¿Sabes, mar? Entonces éramos mucho más románticos que ahora. Yo lo era. El País lo era. La cosa global nos ha quitado brillo. Sin duda. El cambio de siglo trajo, sí, un otoño como el de ahora. Pero, no. El otoño era aquél. ¿Estío? Invierno. He dicho alguna vez: en la nada que enlaza el pasado y el presente siempre dormita la generosa crueldad de internet. ¿Sabes, mar? Yo firmé aquel estío en El País. http://www.elpais.com/articulo/madrid/Sabes/mar/elpepiautmad/20000827elpmad_11/Tes

martes, 14 de septiembre de 2010

Y, sin embargo, Zapatero no es Forges

Menos mal que Zapatero está siempre al loro, Vicenta... que si no se nos ahoga la mulatita España. ¡Desgracia! Aquí el que anda equivocado es el humorista. "You must reduce dramatically the deficit, and right now, Vicenta", estuvo a punto de escribir Forges en esta viñeta ("Hay que reducir drásticamente el déficit, y ahora mismo, Vicenta"). Pero no lo hizo. Y se le adelantó Obama. ¿Va de mulatitos? ¡Quiá! The spanish deficit is black. ¡Quietos, parados! Mal chiste, ZP. Quedarse para esto.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Globalización económica, todos cableados

La misma información, la misma política monetaria, los mismos objetivos empresariales, las mismas mercan­cías, los mismos gurús económicos, los mismos iconos de valores... Los científicos y las tecnolo­gías han conseguido lo que durante muchísimo tiem­po han intentado, sin éxito, militares y hombres de estado: el imperio global. ¿Qué consecuencias, en términos de “beneficio real”, ha traído para la empresa y el comercio?

De entrada, la globalización ha moldeado un escenario de mercado muy diferente al que imperaba años atrás. Hoy puede decirse que Sydney, México D.F., Pretoria, Moscú, Hong-Kong, Madrid... son lo mismo. No hay distancias ni barreras. A efectos comerciales y con sus excepciones y matices, el mundo es un enorme bloque de interconexiones, un gigantesco mercado en el que, teóricamente, todo está al alcance de todos.

Una explicación del nacimiento de la globalización es ésta: gobiernos y autoridades se proponen buscar el más alto nivel de bienestar social y económico para sus pa­íses y, para conseguirlo, hacen recaer todos los mecanismos de acción en el llamado neoliberalismo económico, es decir, en la libre acción de las fuer­zas del mercado y en un comercio sin fronteras. Es una especie de descomunal “laissez faire” (de­jad hacer) disfrazado de vía exclusiva, de camino sin alternativa hacia ese estado de máxima rique­za posible. Conviene añadir, en descarga de los gobernantes, que no sólo ellos y quienes poseen el poder político, económico y militar en el mundo, han entrado en esta dinámica. Otros actores de la sociedad como los trabajadores, los artistas, los homosexuales, los colectivos religiosos... están dispuestos a impulsar movimientos con vocación universal, esto es, con afán de hacerlos extensibles al conjunto de la humanidad.

Pero la cuestión clave de la globalización, la jus­ticia social, es decir, cómo impedir que los ri­cos lo sean cada vez más y los pobres ahonden en su pobreza, está sin resolver. Una buena parte de la sociedad sigue preguntándose qué tipo de globalización es ésta que, lejos de tender la mano a los necesitados, acentúa hasta límites insospecha­dos la pobreza de medio mundo. ¿Qué “vía exclusiva” es ésa que niega un futuro digno a dos tercios de la humanidad?

Sobre las ventajas e inconvenientes, filias y fobias de la globalización, se ha escrito mucho, toneladas de libros y ríos de tinta que, en gran medida, han contribuido más a enturbiar el asunto que a esclarecerlo. En gran medida, todos los actores del mundo económico dan por supuesto que global es sinónimo de universal y que globalizar es universalizar. Esa identificación, en la que basan casi todos sus presupuestos, supone, de entrada, una clara perversión en la teoría que ronda el fenómeno. Porque global no es sinónimo de universal. Lo que vale para un país no vale para otro. Lo que funciona aquí no tiene por qué funcionar de la misma forma en el otro lado del mundo. Lo que beneficia a una economía, seguramente perjudica a otra. Y ésa es la gran quiebra de la globalización, como corrobora la realidad, que cada día desmiente los intentos de políticos, economistas y teóricos por demostrar, casi siempre de forma implícita, que lo global es también universal.

Hay un gran número de empresas que no han evaluado suficientemente la trascendencia del fenómeno y, en consecuencia, operan de forma vacilante frente a otras que sí se han preparado (tal vez deberíamos decir mentalizado) para desenvolverse en un escenario altamente competitivo. Es importante que tengan en cuenta que la complejidad de la producción y el comercio global imponen retos, pero también brindan nuevas y mayores oportunidades.

Ya no basta con hacer las cosas bien, sino que hay que convertirse en excelentes. La creciente competitividad, la mejora logística y de infraestructuras, la desestatificación del comercio, la armonía de las necesidades del consumidor, la lluvia de ofertas y la desigual demanda... consecuencias todas ellas de lo que se ha dado en llamar “globalización de la economía”, imponen nuevas formas de gestión y exigen de las empresas respuestas cada vez más eficientes, y procesos y estrategias extremadamente bien planificadas, que permitan crecer y competir en un mundo que se mantiene en continuo cambio.

En resumen, hay un nuevo entorno general, amplio, (¿mundial?), que se caracteriza, sobre todo, por un aumento rápido del comercio, de la circulación de capitales y de la competencia. En consecuencia, las empresas se enfrentan a una competitividad acelerada, que extiende sus tentáculos a escala mundial y que afecta a las políticas de ventas y recursos, mercadotecnia (marketing), forma de aprovisionamiento, fuentes de financiación, ubicación de las plantas de producción, etc. La innovación y la renovación continua de productos y tecnologías, nichos de mercado, organización, gestión y dirección es clave para sobrevivir en el nuevo escenario.